Hola Maria,
Verás, un regalo material no tiene nada de malo de vez en cuando, pero en mi opinión no debería hacerse para premiar buenos comportamientos. La razón es la siguiente: cuando queremos que un niño realice un comportamiento determinado las consecuencias positivas (en este caso el premio) o negativas (castigo) deben estar relacionadas con el comportamiento. Extrapolándolo a los adultos podría ponerte un ejemplo: imagina que en el trabajo nos piden que nos relacionemos con un nuevo compañero de trabajo para enseñarle la empresa y que se sienta cómodo en ella, y por hacer eso te dicen que te darán una cesta con productos gourmet. En nuestra mente de adultos es posible que realicemos la acción en parte por la ganancia personal, pero por otra porque tenemos interiorizados una serie de valores relacionados con la responsabilidad en el trabajo y con la comprensión y empatía con ese compañero que sabemos que ha venido nuevo. También tenemos suficiente consciencia y madurez para valorar una serie de consecuencias positivas: en este ejemplo sabríamos que brindarle nuestro apoyo al nuevo compañero hará que se sienta más cómodo y trabaje mejor. Nosotros como adultos tenemos interiorizados esos valores y esa madurez que nos hace valorar las consecuencias relacionadas con nuestros actos, pero un niño está empezando a adquirir esas capacidades. En mi opinión, el premio más efectivo es el tiempo: gastar tiempo en hacer actividades que le gusten y que le motiven después de haber ayudado en casa, pues de esta forma se relaciona la acción con la consecuencia y podrá interiorizar este aprendizaje: cuanto antes realicemos las tareas de casa, más tiempo tendré después para hacer lo que me guste. En cambio con un premio material puede que interiorice que tiene que hacerlo pero sin saber muy bien porqué. Aquí te dejo algunas recompensas basadas en el tiempo que podrían serte de utilidad:
Ir al parque.
Jugar con sus amigos o jugar con los padres.
Jugar a algún videojuego.
Ver una peli.
Ir a un partido de fútbol.
Salir en bici.
Jugar a juegos de mesa.
Por otra parte, en mi experiencia he podido comprobar que el mejor premio para un niño es el comportamiento de sus padres o las personas que los quieren con ellos mismos. Por ello es importante mostrar orgullo, alegría y cariño cuando algo lo hacen bien, y comportarnos de forma más fría, mostrando lo que nos ha molestado cuando hacen algo que no es adecuado. Los niños poseen una empatía natural con los padres y buscan su reconocimiento, atención y cariño. Por ello cuando hacen una tarea que les hemos pedido podemos enfatizar nuestro orgullo y cariño, hacerles ese día su comida preferida, etc.
Por último, también puedo recomendarte que las tareas de casa se hagan de la forma más amena posible, por ejemplo, poniendo de fondo música que le guste.
Espero haberte ayudado. ¡Un saludo!