Ir al médico puede generar sensación de estrés o ansiedad. Podemos sentir miedo ante las posibilidades que imaginamos o sencillamente sentirnos cohibidos por el entorno en el que nos encontraremos. Por eso, para facilitar esa experiencia, os presentamos una breve guía sobre cómo podemos gestionar nuestra ansiedad ante una consulta médica.

 

Antes de la visita: rebajando la ansiedad preparándonos.

 

Conocer los datos que tenemos y las razones por las que queremos ir. ¿En qué puede ayudarnos esta visita? Ser conscientes de que toda información va a jugar a nuestro favor. Lo que el profesional nos diga nos ayudará a mejorar nuestra calidad de vida.

Respirar, dibujar, escribir, hacer deporte… Realizar cualquier actividad que te concentre, te libere y te calme puede ayudarte a reducir ese estrés que a veces acumulamos frente a una situación que no nos resulta cómoda.

Visualizar la experiencia con una actitud curiosa y positiva. ¿Cómo me sentiré? ¿Qué preguntas puedo hacer? ¿Qué necesito para sentirme bien?

Durante la visita

Justo antes, puedes hacer un par de respiraciones para calmar tu cuerpo, escuchar música, hablar con un amigo o salir a dar una vuelta y hacer mindfulnes en movimiento.

Una vez estés dentro, toma conciencia de que la persona o personas que tienes delante están allí para ayudarte en todo momento y que, además, por su formación, pueden atenderte con gran profesionalidad. Haz preguntas, escucha con atención y tómate siempre tu tiempo para expresar aquello que sientas.

Y, sobre todo, confía en ti y en tu juicio. Si sientes que no has sido escuchado suficientemente, puedes redirigirte a otro profesional sanitario o pedir una nueva cita. Ante todo, la comunicación es fundamental y siempre se espera del profesional que te atienda una actitud proactiva de respuesta a tus preguntas y de aclaración de cualquier duda.

Después de la visita

Respira hondo y pregúntate cómo te has sentido. Luego puedes analizar vuestra conversación y la información de la que dispones, y compartirla con las personas que te acompañan en el proceso.

Sea como sea, es importante, una vez has logrado algo que no te resulta cómodo, darte una pequeña celebración: haz algo que te apasione, prepara una comida que te guste o simplemente date un descanso.

 

Ten siempre en cuenta que habrá personas a las que no les resulte difícil acudir a citas médicas o hacerse análisis, pero no todos sentimos estrés hacia las mismas experiencias y por eso es fundamental dar y recibir el respeto que merecemos. Sentir estrés está bien y aprender a gestionarlo resulta todo un camino de aprendizajes y pequeños logros. ¡Ánimo!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.