Sintomatología de la ansiedad

Según Ferre (2011) los síntomas relacionados con la ansiedad pueden ser emocionales (nerviosismo, aprensión, pánico, disolución del yo…), cognitivos (preocupaciones y anticipación ante situaciones reales o imaginarias), conductuales (explosiones de llanto ante la impotencia, respuesta de alarma…), motores (temblores, sacudidas musculares, cansancio, dolor de cabeza, dolor en el pecho…) o somáticos (dificultad de respiración, dolor de estómago, sudor…).

Como decíamos anteriormente, tener estos síntomas no significa que vayamos a ser diagnosticados con algún trastorno. Hablamos de un trastorno cuando la ansiedad se da de forma desproporcionada, constante e interfiere en nuestra calidad de vida.

Ir a un profesional significa adquirir herramientas que necesitamos, tengamos diagnóstico o no. De hecho, adquirir esas herramientas a tiempo es fundamental.

Los pensamientos repetitivos en torno a una preocupación son rumiaciones. Se trata de pensamientos que circulan constantemente por nuestra mente y no parecen tener fin. Podemos estar todo el día con esa rumiación de fondo. Incluso podemos despertarnos por la noche y continuar con esa rumiación.

Ferre Navarrete, F., & Gimeno Álvarez, D. (2011). Protocolo diagnóstico y tratamiento de la ansiedad generalizada. Medicine10(86), 5842–5845. https://doi.org/10.1016/S0304-5412(11)70186-X