Antes de nada, os avisamos: este post contendrá spoilers sobre la película. Es casi imposible explicar qué nos enseña Kubo si no se hace algún spoiler que otro. Eso sí, queremos que el post os ayude a hacer una reflexión en familia para después de ver la peli. Así que allá vamos.

 

¿Por qué hablar de esta película?

La educación está presente en todo lo que hacemos. Durante nuestro día a día, nos educamos y educamos a los demás. Damos ejemplos, vemos actitudes, entendemos nuevos conceptos o conductas… Básicamente, todo lo que nos rodea es educación.

Las películas no son una excepción, por supuesto. Algunas, no tienen un objetivo educativo de por sí: simplemente cuentan una historia o nos hacen entretenernos. Con las películas «infantiles» (entre comillas porque, sinceramente, no creo que las películas de animación solo estén dirigidas al mundo infantil) pasa lo mismo. Algunas buscan entretener. Otras tienen una moraleja… Pero todas educan.

Kubo es una de esas películas que, sin duda, busca contarnos una historia con una gran enseñanza de base. La película nos enseña a aceptar el sufrimiento y la pérdida.

Con una historia muy, muy entretenida, divertida, pero también con momentos bastante duros, Kubo se ha convertido en una de nuestras películas favoritas para ver en familia (y en el aula). Y, por supuesto, en una herramienta maravillosa para trabajar la pérdida en pequeños y mayores.

Kubo y sus historias

Casi desde el principio de la película Kubo nos cuenta historias con su guitarra. Historias que, dice él, deben tener un principio y un final. Aceptando y viviendo todo lo que pasa en ellas.

Kubo, así, nos enseña que también nuestra vida, nuestra historia, tiene un principio y un fin. Y que aceptar lo que pasa en ella es parte de la propia historia: entender lo que nos pasa y poder dar respuesta forma parte del nudo de aquello que vivimos y, hasta que no lleguemos al final, debemos seguir haciéndolo. Las historias, para Kubo, tienen retos, sufrimiento y miedo, pero también alegrías y triunfos. Esto es algo que podremos ir descubriendo durante toda la película.

Así de directo es el mensaje: desde el principio de la película se nos hace entender que, la muerte, el fin de la historia, es parte fundamental de la misma, y es un proceso completamente natural. Esto también lo aprenderá Kubo durante toda la película, y vosotros con él.

Por más pesimista que en nuestra cultura pueda sonar este mensaje, os aseguro que la película lo muestra de forma tan natural, bonita y entretenida que el mensaje no resultará tan duro como podríais pensar (aunque algunos salimos del cine con un paquete de Kleenex menos).

El viaje a la madurez

Pero, durante la película Kubo no es solo un contador de historias. Él también tiene su propia historia. Vive su propia aventura y es lo que terminamos viendo en pantalla.

Kubo necesita hacer un viaje, porque, a partir de cierto momento en la película, necesitará una coraza, una espada y, para ello, se acompañará de dos personajes muy especiales que le ayudarán a armarse frente al sufrimiento que, tal vez, en su historia, le tocará vivir.

Así, Kubo debe enfrentarse a algunos personajes para conseguir armarse. Para conseguir su coraza y su espada. Para poder enfrentarse a aquello que más le ha hecho sufrir.

Aquí, viene un spoiler (algo más grande que el resto):

Poco a poco, descubriremos que Kubo se rodea de su familia en este viaje. Y que, tendrá que despedirse de ella (puesto que estos ya han acabado su historia) y aceptar su adiós. Así, terminará consiguiendo armarse para defenderse de lo que está por llegar.

Así, vemos como Kubo termina armado, pero no deja a su familia atrás del todo. Arma su guitarra con las dos cuerdas mágicas: el pelo de su madre y la cuerda del arco de su padre. Y, gracias a ellas, gracias a los recuerdos y experiencias que ha vivido con su familia se enfrentará a su destino. No sin antes añadir una cuerda más: Kubo no estará solo, pero él tiene su personalidad, él también tiene una cuerda en su guitarra.

La aceptación y el perdón

Finalmente, y aquí tampoco queremos hacer un spoiler demasiado grande, Kubo termina aceptando la marcha de sus seres queridos, pero también el sufrimiento que ha vivido, así, le veremos perdonar al personaje por el que ha sufrido tanto toda su vida.

 

Como vemos, Kubo es una historia de aceptación de la pérdida y el error. Del perdón y del duelo. De la necesidad de armarnos, aceptar y batallar antes de terminar nuestra historia.

 

Esperamos que con este post os hayamos ayudado a reflexionar, pero también que podáis hacerlo en familia. Sabemos que quizá nos hemos dejado conceptos atrás. Kubo no es solo una película que ver por su mensaje: la animación tan especial, el arte, y la mitología que representa también deberían tener su propio post, pero hemos intentado sacar, al menos, los mensajes más claros que pueden ver los más pequeños en la película.

 

 

 

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