Las vacunas te dan poderes para luchar contra los virus. Igual que Capitán América lucha contra Hydra y utiliza su escudo, tú también ganarás ese escudo gracias a tu vacuna.
En España contamos con un servicio público y gratuito de Seguridad Social, dentro del que se incluye un calendario de vacunaciones (https://vacunasaep.org/profesionales/calendario-vacunas) que, aunque varía en cada comunidad autónoma, cuenta con las vacunas más necesarias para asegurar la protección de nuestros niños. Sabemos que las vacunas son esenciales para la salud de los más pequeños, como demuestran multitud de estudios científicos (si tienes alguna duda, puedes leer https://www.webconsultas.com/entrevistas/belleza-y-bienestar/ignacio-lopez-goni-coautor-de-funcionan-las-vacunas) , pero también sabemos, como niños y como padres, que las vacunas no son la experiencia más divertida. Y como las vacunas pueden ser motivo de estrés para los niños y también para los padres, os presentamos una pequeña guía para gestionar el estrés y convertir esta experiencia en algo natural e incluso didáctico. Cuidar de todo el proceso puede ayudarnos a reducir la ansiedad e impulsar su seguridad. ¡Allá vamos!
Antes de la vacuna
Es importante hablar con el niño sobre qué es una vacuna y para qué sirve. Las vacunas son necesarias y nos ayudan a estar más fuertes y protegidos frente a las enfermedades. Por eso, vacunarse es como un superpoder. De repente, eres más fuerte. Es como Popeye y sus espinacas. Las vacunas te dan poderes para luchar contra los virus. Igual que Capitán América lucha contra Hydra y utiliza su escudo, tú también ganarás ese escudo gracias a tu vacuna. Ganar esos poderes no es cualquier cosa, así que es recomendable decirles que, sin ser doloroso, sí sentirán cómo el líquido entra en su músculo. Si no son muy aprehensivos, puede ser interesante que vean cómo es el instrumento que utilizarán e incluso enseñarles algún vídeo del proceso. Aquí tenemos este, divertido no, lo siguiente. https://www.youtube.com/watch?v=MOOxpT9q2mo
El día de la vacuna
Comenzar con un buen desayuno, una merienda, algo que les guste, y darles la previsión de que después de eso van a hacer algo que les encanta, puede animarlos a tomarse ese rato sin presión. Un truquillo justo antes de entrar en la consulta es darles algo dulce para que mantengan en la boca. Un caramelo o un chupachup les ayudará, porque el sabor dulce reduce la sensación de dolor. Cuando estéis allí, podéis darle la mano, jugar con él, mantener una conversación con el niño y/o con la enfermera, etc. Probad lo que mejor funcione para vosotros. A mí, personalmente, cuando voy a una extracción de sangre o a una vacuna, me encanta hacer preguntas a las enfermeras sobre su trabajo. Si durante la preparación para la vacuna le habláis a vuestro hijo sobre el personal médico, puede que hacer de esa vacuna una oportunidad para aprender de ese ámbito sea divertido y educativo a la par.
Si se trata de un niño muy pequeño, como un bebé, la mejor estrategia para combatir la incomodidad de una vacuna es el contacto piel con piel y las técnicas de distracción visual o sonora. Sujetarlo contra tu cuerpo y enseñarle un vídeo mientras tanto puede funcionar para que mantenga la calma. El llanto tras el pinchazo puede ser inevitable, y está bien. Sentir dolor y expresarlo es una característica humana.
Después de la vacuna
Resulta muy estimulante comentar una experiencia vivida juntos. Hacerle preguntas como: «¿Qué te ha parecido interesante de la consulta médica?» «¿Cómo te has sentido?» «¿De qué manera puedes ayudar a otros niños que van a vacunarse pronto?». En definitiva, hablar de la experiencia para saber cómo se ha sentido y reflexionar de qué manera podemos mejorar una experiencia futura.
Las vacunas son imprescindibles para la calidad de vida de nuestros hijos, para su salud y para la de todos. Sabemos que el proceso de vacunarse puede ser estresante y por eso os damos algunos tips para acompañarlos y darles seguridad.
> Cuéntale para qué son las vacunas.
> Ponle en situación: cómo es el espacio, quién va a hacerlo, cómo son los utensilios.
> Dale un caramelo justo antes de entrar en la consulta.
> Mantén contacto físico con él.
> Habla, enséñale un vídeo, deja que mire el proceso. Lo que os funcione mejor.
> Pregúntale cómo se ha sentido.