Hoy vamos a hablar de un tema que sabemos que a muchos os trae de cabeza. Si de por sí el paso del colegio al instituto suele ser una preocupación para las familias, cuando además sumamos TDAH al menú, el nivel de preocupación termina por las nubes.
Evidentemente, todo dependerá de cada caso. Del nivel de recursos que tenga el/la peque, del subtipo de TDAH, si hay comorbilidades… Pero vamos a intentar dar unas pautas básicas para intentar aliviar preocupaciones y poder prepararnos con tiempo. Sabemos que llegamos tarde y que el curso ya está más que empezado, pero tal vez os pueda ser útil para el siguiente.
¡Vamos allá!
La comunicación con el centro educativo es primordial
Tanto con el colegio como con el instituto. Aquí nos solemos encontrar con tres escenarios, aunque vamos a agrupar dos de ellos:
1.- El colegio es indiferente a la situación del alumno o hemos tenido problemas con el centro escolar, los profesores no aceptan el TDAH.
Personalmente, me da algo de vergüenza que se den estos casos todavía, pero de eso hablaremos largo y tendido en otro post. Si esta es nuestra situación, aunque podemos seguir intentando establecer vías de comunicación con el cole, también deberemos estudiar nosotros qué institutos de los cercanos puede adaptarse mejor al caso. Para ello, podéis ver webs de los institutos, pedir cita para hablar con sus directores o incluso hablar con familias cuyos hijos ya estudien allí.
Una vez elegido el centro, podéis tener una primera reunión donde expliquéis toda la situación. Siempre con los diferentes informes de la mano. Hay centros que incluso acceden a reunirse con los profesionales que trabajan con el peque para poder trabajar en conjunto (este sería el escenario ideal). La cuestión es que intentemos evitar que la situación sea igual que la que ya hemos vivido con el colegio. Que busquemos un centro que se involucre y empecemos a trabajar en conjunto.
Si además, los profesionales que trabajan con nuestro hijo/a quieren darnos algunas pautas o recomendaciones que podamos pasar al centro, mejor que mejor.
Es importante que pautemos desde el principio la situación. Que nos reunamos con el centro y creemos un plan de acción en conjunto.
2.- El colegio se ha mostrado siempre involucrado. Hemos ideado juntos un plan de acción y hemos trabajado muy bien.
Ya sé que os estoy mostrando dos extremos de un mismo caso y que puede que entre el blanco y el negro haya grises. Os pongo los ejemplos para que al final, podáis ver que según el nivel de implicación del colegio podréis trabajar con ellos para elegir instituto o no. En esto básicamente se diferenciará la cosa.
Esto no quiere decir que será el centro quien nos haga el trabajo, pero si se ha involucrado, podrán recomendarnos institutos, plantear reuniones con los orientadores y poder plantear el tema también desde el colegio, no únicamente con los profesionales que trabajan con el peque fuera del mismo.
Al fin y al cabo se trata de:
- Evaluar el grado de implicación del colegio para saber si pueden ayudarnos en este proceso
- Buscar información de centros que puedan interesarnos
- Empezar a establecer vías de comunicación entre centro – familia – profesionales externos.
El plan de acción conjunto
Ya hablábamos de ello anteriormente. Es importante que empecemos a plantear cómo vamos a ir trabajando. Conocer el centro, su forma de trabajar y también cómo van a intervenir. Ver si tienen extraescolares o actividades que puedan ayudarnos o cómo podemos nosotros aplicar rutinas en verano para ir preparando la entrada al instituto. Se trata a fin de cuentas de ponernos en marcha para facilitar el paso al nuevo centro.
Prevenir las turbulencias
Está claro que vamos a tenerlas. El paso del cole al instituto también supone que nos encontramos en una edad donde nuestro cuerpo empieza a experimentar cambios y eso es inevitable. No podemos evitar los problemas que suelen llegar en esta época, pero sí poner medidas para que no sean graves o que podamos trabajar mejor en ellos.
Algunos consejos en este sentido:
1.- Infórmate sobre esta época. La prepubertad está aquí y la adolescencia casi, casi.
2.- Revisa las rutinas y normas en casa. Actualizadlas juntos si es necesario. Poco a poco irán teniendo otros pasatiempos, querrán salir con amigos, etc. Intentad que, entre todos, podamos consensuar unas normas y unas rutinas en casa que nos permitan adaptarnos a lo que viene.
3.- Busca pequeños momentos para fomentar la comunicación familiar. Ya sabemos que a veces nos falta tiempo, pero si encontramos pequeños momentos que podamos pasar juntos, donde ambos hablemos de cómo ha ido el día, mejor que mejor.
4.- Conoce sus expectativas en cuanto al instituto. Seguro que tienen miedos, pero también ilusión. Será un ambiente nuevo, nuevas asignaturas, profesores… Esto puede ponernos algo nerviosos y hemos de intentar que nos lo cuenten, pero también podemos pensar en positivo. Dar a cada emoción su espacio es muy importante.
En el caso en el que conozcamos sus miedos, y en lo referente al TDAH, lo ideal es que puedan quedarse más tranquilos conociendo el centro, sabiendo cómo serán las rutinas, que asignaturas verán… vamos a intentar trabajar la incertidumbre para evitar la ansiedad con la que podemos encontrarnos.
Por último, y no menos importante.
Puede que durante esta época, necesitemos ajustar la medicación. ¿Por qué? seguramente vuestro profesional de confianza lo explique mejor que nosotros aquí, pero es una época de cambios también físicos. Así que probablemente, si no al pasar al instituto, durante la prepubertad y pubertad habrán necesidades de ajuste. Por ello os aconsejamos estar siempre en contacto con vuestro profesional de confianza y, si vemos que estamos ante situaciones de descontrol, poder trabajar inmediatamente. Esto, claramente, dependerá de cada persona, por eso os indicamos que lo mejor es observar si hay cambios o signos de alarma y siempre estar en contacto con su médico.