Seguro que a lo largo del verano hemos pensado en planificar alguna excursión en familia. Aunque planificarla es necesario siempre, cuando tenemos hijos con TDAH hemos de hacerlo cuidadosamente, siempre teniendo en cuenta la personalidad de nuestro hijo y sus intereses y motivaciones.
Lo más importante que hemos de saber es que si queremos que sea una excursión en la que todos disfrutemos, hemos de planificarla entre todos. Así, nos aseguraremos de que a todos nos motivará hacerla y nos ahorraremos problemas relacionados con la motivación durante la excursión que realizemos. Así, lo primero es pensar entre todos cuándo y cómo podríamos hacer la excursión.
Planificación de la salida
Para preparar la excursión hemos de reunirnos todos y pensar en un plan que nos apetezca. Esto es importante para comprometer a todos en la excursión. Está claro que puede que hayan opiniones diversas. Si nos encontramos en esa situación, podemos investigar un poco sobre cada opción, ver las posibilidades de cada una de ellas y finalmente, debatir para tomar una decisión. Aquí es importante que, en el caso de que los más pequeños hayan terminado cediendo, nos aseguremos de que la opción elegida les motiva, y de que puedan elegir alguna actividad a realizar durante la salida.
Una vez elegido nuestro destino, lo ideal es realizar una investigación previa que nos ayude a estudiar la zona y sus posibilidades, ver qué podríamos hacer durante el viaje y aprender más sobre la zona donde estaremos. Este aspecto también es importante de cara a la preparación del viaje, nos hará tener en cuenta todos los aspectos del lugar donde vamos para poder llevar aquello que necesitaremos.
Tras ver todas las opciones y elegir las actividades a realizar, deberemos pensar en cómo y cuándo vamos a realizarlas. No se trata de tener un horario fijo, pero sí pensar en una rutina, sobre todo de cada a que los peques entiendan qué se espera de ellos y qué se realizará en cada momento. Es importante también que les dotemos de un rol que puedan llevar a cabo durante la excursión. Por ejemplo, puede ser el responsable de que se cumplan los horarios. Es importante que en la planificación tengamos en cuenta los momentos de descanso, y si hay actividades movidas que nos permitan sacar toda la energía que llevamos dentro, mejor que mejor.
Preparación
Como decíamos anteriormente es importante estudiar la zona donde iremos para conocer todas las posibilidades que nos ofrece, pero, además, nos será útil de cara a establecernos una rutina y preparar todo lo que necesitemos para la misma. Por ejemplo, saber qué calzado debemos llevar, o si será necesario llevar linterna, etc. En este aspecto, es recomendable que hagamos la preparación con un adulto. Podemos realizar una lista con todo lo que necesitamos e ir preparando poco a poco nuestro equipaje, siempre haciendo una revisión al final para asegurarnos de que lo tenemos todo.
Por otro lado, ya sabemos que a veces, convivir con un TDAH suele conllevar ciertos retos que superar. No supone ningún problema, no tiene por qué ser algo negativo: sólo viviremos ciertas experiencias y tendremos que aprender a preveerlas. Así, os recomendamos que penséis en situaciones en las que os podáis encontrar y preparéis un plan B para tenerlo en la manga. Saber en qué momento puede que los peques se dispersen un poco, o esos momentos en los que necesitarán desfogar energía, etc. Son situaciones que seguro que ya habéis vivido. También podéis preguntarle qué opina de los horarios o en qué momentos cree que se pondrá más nervioso. Es importante que ellos mismos sean conscientes de sus propias características y cómo pueden intentar controlar la situación de manera autónoma. Preparad ciertos ejercicios o actividades que nos permitan intervenir cuando sea necesario: técnicas de relajación, llevar con nosotros un pequeño frasco de la calma, etc.
Para que sean conscientes de los horarios y de lo que se espera de ellos durante la actividad, podemos hacer actividades como dibujar algunos momentos de la excursión: ¿qué estaremos haciendo? ¿cómo nos lo imaginamos? así le ayudaremos a tener una visión clara de cómo serán las actividades y además, conocerán algo más su nueva rutina.
Durante la excursión
La comunicación familiar será clave. Como decíamos anteriormente, otorgarles un rol durante la excursión es importante. Hacer que sean los encargados de alguna tarea que les motive les hará mantener la atención en algo concreto todo lo que puedan.
Como decíamos, es importante anteponerse a posibles problemas que puedan surgir, sin embargo, siempre ocurrirá algo inesperado: en este sentido es bueno que en todo momento podamos hablar entre nosotros y tener confianza para cambiar los horarios si es necesario. Es importante que ellos manifiesten esos momentos en los que se encuentran cansados, o más nerviosos, y que nosotros sepamos como actuar.
Os aconsejamos también, en el caso en el que hagáis visitas guiadas, que aviséis al guía de cómo suele funcionar la cosa. Es decir, tal vez en algún momento dado el o la peque necesitará moverse un poco más. Si la persona que se encarga de la actividad lo sabe, esto no tiene por qué suponer ningún problema.
Después de la excursión
Normalmente, desarrollamos mejor la mayoría de los aprendizajes cuando experimentamos. Vivir experiencias nos hace aprender de manera mucho más significativa, por ello, tras la excursión o salida que hayamos realizado, sería ideal hacer una reflexión con todo lo aprendido. Ya sabemos que el trabajo visual suele ser más acertado en TDAH, pero podemos trabajarlo de cualquier forma. Se trata de pensar en nuestro viaje, qué momentos nos han gustado más, cuáles menos… y algo muy importante:
Reflexionar sobre aquellos momentos en los que hemos perdido el control, pensar en por qué paso y en qué hicimos, y además, reflexionar en cómo debemos actuar la próxima vez. Así, no sólo nos conocemos más a nosotros mismos, también podremos aprender de nuestros errores y mejorar poco a poco.
Aunque estos consejos os irán bien, es importante entender que la familia debe aceptar el TDAH, comprenderlo y, sobre todo, tener una buena base de comunicación que les permita construir este tipo de experiencias desde la comprensión y la predisposición a la mejora.