Hace unas semanas hablábamos del TDAH de subtipo inatento. Esta vez, queremos seguir hablando de los subtipos de TDAH y nos toca charlas sobre el subtipo impulsivo.
Como decíamos en el post anterior, creemos que es importante conocer el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y sus características. Para ello, nos parece fundamental conocer cada subtipo, favoreciendo además que eliminemos mitos y estigmas sobre el trastorno.
¿Qué es el TDAH de subtipo impulsivo?
Cuando hablamos del TDAH de subtipo impulsivo, nos referimos a el tipo de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad en el que predominan más los rasgos y síntomas relacionados con la impulsividad y con la hiperactividad.
Como hemos recordado a lo largo de los diferentes artículos en el blog, el diagnóstico se realiza siempre verificando que la existencia de los síntomas de TDAH no están en consonancia con el nivel de desarrollo en el que se encuentra la persona que recibe el diagnóstico, y además, para la realización del diagnóstico, esa persona debe haber notado como los síntomas intervienen en su calidad de vida tanto escolar o laboral, familiar y en sus relaciones sociales durante, mínimo, los últimos seis meses.
¿Cuáles son los síntomas del subtipo impulsivo?
- Realiza, muy frecuentemente, pequeños movimientos: dar golpecitos con las manos, mover la pierna repetidamente, juguetea con cualquier elemento…
- Suele levantarse en situaciones en las que debería estar sentado.
- Necesita correr y trepa en circunstancias en las no debería.
- No puede realizar actividades tranquilas, ni jugar relajadamente.
- Actúa como si algo le impulsase: siempre está ocupado, de una actividad a otra. No se siente cómodo estando quieto o sentado, cambia frecuentemente de juego o actividad.
- Habla sin parar e interrumpe constantemente.
- No espera a que se concluya una pregunta o se exponga un problema antes de comenzar a dar una respuesta.
- No espera su turno cuando juega con el resto de niños.
- Se inmiscuye o interrumpe actividades.
¿Cómo se realiza el diagnóstico del subtipo impulsivo?
Como mencionábamos en el artículo TDAH: Comprendiendo el subtipo inatento, para realizar el diagnóstico los profesionales tratan de obtener toda la información posible de los diferentes ambientes en los que interactuamos.
Por un lado, tenemos el historial médico y las pruebas que se han de realizar para descartar otras problemáticas que estén causando estos síntomas. Seguidamente, nos tocará recoger información del centro educativo (historial escolar, comentarios de todos sus profesores, herramientas de recogida de información como test o entrevistas con sus profesores…) y del ambiente familiar (entrevistas, test…). También tendremos tiempo para realizar las pruebas diagnósticas necesarias con la persona en sí, además de realizar observaciones si es necesario.
Para realizar el diagnóstico podemos usar tanto las pautas que nos indica el CIE-10 o las del DSMV. En nuestro caso, queremos ofreceros algunas recomendaciones que no da el DSMV, manual que hemos tenido en cuenta para desarrollar este artículo:
- Algunos de los síntomas deben mostrarse desde antes de los doce años.
- Varios síntomas deben estar presentes en diferentes contextos (escolar/laboral, familiar, social…)
- Los síntomas reducen la calidad de vida en los ambientes escolar/laboral, familiar y social.
- Los síntomas no se explican mejor por otro trastorno
- Debemos especificar si el trastorno de manifiesta de manera leve, moderada o grave.
Al realizar el diagnóstico, no solo pretendemos verificar una hipótesis o descartarla. Queremos conocer a la persona. Comprender cómo afecta la existencia de esta sintomatología a su vida diaria con el fin de intervenir y actuar con la mayor calidad posible. Por ello, es importante que la recogida de información sea lo más completa y precisa posible: cuanta más información tengamos en el diagnóstico, mejor será la intervención.
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¿Cómo se interviene con el TDAH de subtipo impulsivo?
La importancia de especificar en el diagnóstico la gravedad del trastorno radica en el tipo de tratamiento que recibirá la persona. Cuando estamos ante un TDAH grave o moderado, la evidencia científica ha demostrado que lo más efectivo es el tratamiento multimodal: tratramiento farmacológico, psicológico y psicopedagógico). Es decir, vamos a posibilitar que los neurotransmisores (noradrenalina y dopamina) que no están presentes de manera equilibrada en nuestro cerebro, se equilibren con la medicación. Esto nos va a permitir trabajar en consulta de forma que podamos ir adquiriendo técnicas que nos ayuden a mejorar en nuestro día a día. Con la acción psicopedagógica, mejoraremos en el centro educativo y podremos adquirir herramientas que favorezcan esa mejora.
Sí, la intervención en TDAH se aborda siempre desde los mismos ámbitos, sin embargo, dependiendo del subtipo con el que trabajemos nos enfocaremos más en los síntomas de la inatención o la hiperactividad e impulsividad. En este caso, la intervención se centrará más en los últimos síntomas. Así, aprenderemos técnicas que nos permitirán recordar pensar antes de actuar, o frenar nuestra impulsividad en la resolución de problemas con pautas sencillas que la familia deberá tener presentes. Por supuesto, la educación emocional vuelve a cobrar vital importancia y las rutinas diarias y las pautas para familias se vuelven fundamentales para trabajar en el día a día.
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