Si hay algo que nos preocupa después de vacaciones es cómo gestionar la vuelta a la rutina. Los niños y niñas con TDAH necesitan, como ya sabemos, tener unas rutinas diarias que les guían y ayudan a saber qué deben hacer en cada momento y, sobre todo, hacen que su día a día sea más ordenado y puedan mejorar poco a poco. Cuando tenemos vacaciones solemos perder esas rutinas. Normalmente tenemos otras distintas o decidimos tomarnos unas vacaciones también de las rutinas. Sea como fuese, volver de nuevo a nuestro día a día es complicado y más después del desequilibrio que conlleva este cambio en las rutinas para las personas con TDAH.
Ante todo, calma
La vuelta de vacaciones trae consigo una vorágine de trabajo y estrés importante. Pero cuando volvemos de las vacaciones de navidad es aún peor: es un nuevo año y muchos nos proponemos cambiar hábitos, así que terminamos más estresados aún pensando en todo lo que tenemos que hacer.
Proponernos cambios y mejoras es genial pero no deben ser un motivo más de estrés. Si estamos estresados quizá debamos revisar qué nos habíamos propuesto y por qué no encaja del todo en nuestro día a día. Plantear de otra forma esos hábitos o trabajarlos más despacio puede ser una opción.
A todo este estrés que mencionamos, se suma el propio estrés familiar. Los adultos vuelven al trabajo, pero los hijos e hijas vuelven al cole y no solo hay que tener en cuenta sus horarios de nuevo, si no que también vivirán su propio proceso de vuelta a la rutina y es probable que los nervios y el estrés nos provoquen conflictos en casa.
Ante este panorama, lo mejor, sin duda, es trabajar en momentos para relajarnos. Buscad un ratito para pasar a solas y poder respirar tranquilamente y tratad de hacer técnicas de relajación por las noches que os ayuden a todos a descansar y aclarar nuestra mente del estrés del día. Tratad de tomaros estos primeros días con paciencia y si algo no sale del todo bien, daos tiempo. Acabáis de volver de vacaciones y necesitáis adaptaros de nuevo al día a día.
Momentos en familia
No nos cansamos de decir que la comunicación en familia es fundamental. Hablando particularmente de la vuelta a la rutina, pasar momentos en familia y hablar de cómo nos ha ido el día va a ayudarnos a desahogarnos, expresar lo que sentimos y comprender al otro. Además, para los adultos es una buena herramienta que nos permite saber si algo va mal o si podemos hacer algo para que esta vuelta al día a día no suponga mayor problema del que debería.
Os sugerimos tener este tipo de charlas en la cena o antes de ir a dormir, pero si tenéis cualquier otro momento dispuesto ¡adelante! Lo importante es que tengáis ese momento juntos. El cómo ya dependerá de la situación de cada uno.
Os recomendamos, además, hacer algo juntos. Plantear una actividad de ocio que podáis hacer, desde las más básicas (ir al parque juntos, jugar juntos a algún juego de mesa o videojuego) hasta aquellas que conllevan actividad deportiva o al aire libre (excursiones y paseos, jugar al baloncesto…). Eso va a ayudarnos a entretenernos pero también a desfogar un poco el estrés que estaremos acarreando estos días.
Respetar el descanso
Seguramente empecemos la vuelta a la rutina pensando en todo lo que debemos hacer. La agenda se llena de planes e ideas que llevar a cabo. Sin embargo, debemos también tener en cuenta los tiempos de descanso. Hablábamos al inicio de este artículo de que es importante la paciencia y eso también incluye ser conscientes del tiempo que tenemos y de lo que necesitamos descansar.
Favorecer un buen descanso va a permitirnos tener la energía suficiente para pasar el día y, por supuesto, relajarnos. Por lo que os aconsejamos que tengáis en cuenta el tiempo que necesitáis para descansar cuando planifiquéis esas ideas que han surgido para hacer este 2019.
Planificar y dosificar
Finalmente, para volver a la rutina es importante que vayamos poco a poco en la medida de lo posible. Empezar a diseñar la rutina juntos de nuevo, poco a poco, haciendo además cosas que nos gusten o dándonos pequeños premios por comenzar con la rutina de nuevo puede ser muy útil.
Sea como sea, os recomendamos que siempre tengáis en cuenta la paciencia necesaria en estos casos. La primera semana de vuelta a la rutina diaria es dura, pero poco a poco conseguiremos incorporarnos y el estrés se irá rebajando. Tener en cuenta que después de unas semanas de desconexión es normal que nos cueste volver a cumplir con nuestra obligaciones y necesitamos vivir un pequeño periodo de adaptación.