Hace algunas semanas os comentábamos que íbamos a preparar algunos posts sobre habilidades sociales en TDAH. Nos parece una temática importante para cualquier persona, entrenar las habilidades sociales es ideal no sólo para relacionarnos con otros, también para estar cómodos con nosotros mismos.

Sabemos que en TDAH a veces las relaciones sociales pueden complicarse. Si no hemos tenido suerte, es probable que sus compañeros de clase o amigos no entiendan la impulsividad de nuestro hijo, sus pérdida de interés en algunos temas, etc. Por ello es importante trabajar las habilidades sociales, como hemos dicho, no sólo desde el punto de vista de la relación con los demás, también como forma de entendernos, aceptarnos y protegernos a nosotros mismos.

Esta vez, os traemos actividades para trabajar la empatía y la asertividad.

Habilidades sociales

La empatía

La reina de las habilidades sociales, junto con la asertividad. La empatía nos ayuda a entender a otras personas. No sólo a ponernos en su situación, si no a comprenderlas y dar una respuesta adecuada a sus emociones y sentimientos. Trabajar la empatía nos ayudará a mejorar nuestra forma de relacionarnos con el entorno y con nosotros mismos y a tener menos conflictos, pero ¿cómo podemos trabajarla?

Actividad 1: Reconocimiento de las emociones

En esta actividad podremos trabajar las emociones y la forma de expresarlas para saber reconocerlas en el otro.

Podemos hacerla de diferentes maneras: teniendo tarjetas con diferentes expresiones que ellos tendrán que imitar, con materiales como emotiblocks o directamente haciendo que dibujen caras con las expresiones que queramos trabajar. Lo importante es que sepan reconocerlas y expresarlas.

Después de trabajar con el material, podemos jugar a imitar expresiones faciales para que el resto de compañeros adivinen qué sentimos en ese momento. Así terminaremos de perfeccionar la actividad.

Como siempre, os recomendamos trabajar de la manera más visual y activa posible.

Actividad 2: Expresamos nuestros sentimientos

Lo primero es escoger un material a analizar. Podemos escoger una serie, algún vídeo o una historia o, por el contrario, pedirles que representen una escena en plan teatrillo o en un dibujo o cuento. Si escogemos esta última opción, lo ideal es repartir las escenas entre todos.

Una vez hecho esto, hemos de analizar la escena y pensar cómo se siente cada personaje. Para ello, nos hacemos tres preguntas:

¿Cómo me sentiría yo en esa situación?

¿Cómo se siente el personaje?

¿Por qué creemos que se siente así?

De este modo, pasamos de reflexionar sobre nuestros propios sentimientos a pensar en los de los demás. La última pregunta nos ayudará a analizar las expresiones de los personajes que nos den pistas sobre sus sentimientos.

Para terminar de perfeccionar la actividad, podemos dejar un espacio cada día para reflexionar sobre cómo nos hemos sentido y expresarlo. Además, ante cualquier conflicto es bueno que reflexionen sobre sus sentimientos y los de la otra persona.

 

La asertividad

La asertividad hace que seamos capaces de comunicarnos respetando nuestros propios sentimientos, pensamientos, ideas… y los del otro. En este sentido, casi siempre solemos encontrarnos con dos estilos de comunicación:

Es decir, básicamente, hemos de comprender que tenemos unos derechos que debemos respetar, pero que también debemos respetar los del resto de personas. Sí, podemos tener mucha empatía, pero tampoco podemos olvidar cómo nos sentimos nosotros. Hemos de conseguir el equilibrio.

Actividad 1: ¿Pasivos, agresivos o asertivos?

Hemos de hacer una pequeña introducción al tema para que entiendan qué es la asertividad. Es importante que pongamos bastantes ejemplos cotidianos.

Tras esto, podemos, al igual que con la segunda actividad de la empatía, recrear situaciones o ver vídeos o contenido que nos las muestren. Una vez hecho esto, nos tocará analizar:

¿Quién creemos que se comunica de manera más agresiva? ¿Por qué?

¿Quién actúa de forma pasiva? ¿Por qué?

¿Cómo se actúa de forma asertiva en esa situación?

Podéis adaptar las preguntas al contenido y a la edad del alumno. La idea es que sepan identificar ese tipo de conductas en el exterior y asimilen los conceptos. Tras hacer esto, vamos a pedirles que representen la misma escena, pero con una comunicación asertiva. ¿Qué podemos decir para expresarnos de manera asertiva? ¿qué tendría que haber hecho cada personaje?

Así, empezaremos a interiorizar estos comportamientos y estaremos preparándonos para la actividad 2.

Actividad 2: Yo era… y ahora soy…

Ahora ha llegado el momento de pensar en nosotros mismos. Es el momento de pedirles que nos hablen de una situación que hayan vivido en la que creen que han actuado de forma pasiva o agresiva (o las dos, si se da el caso). Vamos a pensar en por qué actuamos así y cómo deberíamos haber actuado.

Podemos ayudarnos de los compañeros para poner ejemplos sobre cómo podrían haber actuado. Es importante controlar el ejercicio para que no se juzgue al resto de compañeros por lo que cuentan. Podemos explicar antes que todos hemos actuado así alguna vez, y en este sentido, sería ideal que fuese el/la guía de la actividad quién pusiese los primeros ejemplos.

Como decíamos en la actividad dos de la empatía, nos parece importante que ante cualquier conflicto reflexionemos sobre cómo hemos sido y cómo podríamos ser más asertivos. Aprovechando cualquier momento para la reflexión y automejora.

 

Esperamos que os hayan gustado las actividad. Si las ponéis en práctica podéis decirnos qué tal ha ido en los comentarios :).

 

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